Descripción
Para comprender el desarrollo de la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano, el año 1911 es decisivo. La escisión que sufre en este periodo revela claramente en su seno la existencia, desde sus inicios, de dos posiciones -antagónicas- que llegaron a enfrentarse cuando las fuerzas maderistas adquieren un poder logístico determinante: por una parte, los liberales que consideraron haber logrado su objetivo con la victoria de Madero y la consecuente caída de Díaz, y por otra, los anarquistas, cuya meta no era sólo el derrumbamiento de Díaz sino también, como primer paso, la expropiación de las tierras, las fábricas y los recursos naturales y, como segunda etapa, la explotación de éstos por los campesinos, obreros, en fin, por los productores de los bienes sociales.
A raíz de esta separación, entre los seguidores de la Junta que no tenían pleno conocimiento de sus objetivos a largo plazo, irrumpieron confusión y duda; lo que a su vez restó efectividad a las acciones revolucionarias emprendidas por la Junta, hasta desembocar en su derrota militar en la Baja California, lo que le impidió aglutinar fuerzas en un territorio liberado con el fin de conseguir mayor movilidad y nivel organizativo.